1. Para empezar te debes sentar de la forma más cómoda en la mesa, no importa si a la gente no le gusta como comes, si estás descalzo, si tienes los codos encima, si estás jorobado étc,
¡Relájate!
3. Olvídate de tu conflicto con la báscula.
4. Coge el tenedor y empieza a enrollar hasta que no sobreviva ningún blanquito.
5. Deja que el queso se derrita entre tus dientes y quedes con un exquisito aliento a parmesano.
6. Estira el pico y empieza a sorber uno a uno de ellos.
7. Asegúrate de revolverlos lo suficientemente brusco, como para terminar salpicando todo.
8. Una vez hayas terminado con todos, toma un pedazo de pan y limpia el plato, cone l fin de evitarte la lavada.